Niño que juega, niño sano

La importancia del juego en el niño

Hoy en día, podemos notar de manera preocupante que los niños dedican una buena parte de su tiempo libre a los dispositivos electrónicos tales como: celulares, tablets, video juegos, etc., dejando de lado el juego tradicional en espacios abiertos y/o cerrados. Existen estudios que indican que el juego en los pequeños actualmente es insuficiente. La UNESCO se refiere al niño que no juega como “niño enfermo, de cuerpo y espíritu”, por ello debemos cuidar este aspecto tan vital para el desarrollo de nuestros hijos.

El juego no sólo es un elemento de distracción y pasatiempo en el niño, más aún es vital para su desarrollo integral; por ello, se entiende que es la razón de ser de la infancia porque desarrolla capacidades que se activan y estimulan en el pequeño, favoreciendo en los siguientes aspectos del niño:

• Afectividad.

• Motricidad.

• Inteligencia.

• Creatividad.

• Sociabilidad.

Cuando un niño juega, puede conocerse y desarrollar su personalidad. Es un medio para conocer el mundo que lo rodea y adaptarse a él en múltiples situaciones, creando mecanismos de defensa y comportándose de manera adecuada con mayor asertividad. También acrecienta su imaginación y creatividad, aumentado su capacidad de observación, atención, concentración y memoria. Un beneficio adicional es que aprende a relacionarse con sus pares, estableciendo las reglas del juego. Es increíble pero el juego también ayuda al niño a resolver situaciones difíciles, porque al repetirlas una y otra vez, puede lograr superar el dolor, el miedo y la tristeza. Aprovechemos esta etapa tan corta de nuestros niños, limitando el uso de dispositivos electrónicos. Jugando lograremos una mejor comunicación con nuestros hijos e invertiremos en espacios de calidad de tiempo en familia.  

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